Al iniciar el año se tenía previsto que El Salvador crecería en 2.50% para el 2025; sin embargo esas proyecciones han mejorado debido a un mejor desempeño económico de lo esperado en El Salvador. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recientemente estima que para el 2025 el crecimiento del Producto Interno Bruto salvadoreño será de 2.80% en 2025, a su vez, la institución prevé que en 2026 la economía salvadoreña crecería en un 2.60%. Las cifras de crecimiento económico en El Salvador están por encima del promedio de América Latina, las cuales estiman un crecimiento promedio de 2.30% para el 2025 y 2.20% para el 2026. No obstante, el desempeño económico en el país se muestra por debajo de Guatemala, Honduras y Costa Rica. Esto ha sido el caso en los últimos años, siendo El Salvador el país con el peor desempeño económico en las últimas décadas, con un crecimiento por debajo del 3% siendo la norma. Ahora bien, aumentos considerables en la obra pública han resultado en que El Salvador registre mejores indicadores económicos en el transcurso del 2025.
El Salvador registró uno de los más elevados índices de inflación en la región en el 2021, siendo de 6.11%, en 2022 la inflación interanual fue de 7.32%. En 2023 y 2024, el ritmo inflacionario en El Salvador y otros países de la región se moderó considerablemente tras el fuerte aumento que se había experimentado en 2022. A medida que las economías comenzaron a adaptarse y Políticas Monetarias más estrictas fueron implementadas, como el aumento de tasas de interés por parte de los Bancos Centrales, la inflación empezó a disminuir. Aunque aún hubo desafíos, el panorama económico mostró señales de mejora, lo que permitió que la inflación fuera menos pronunciada en comparación con el pico del 2022. Dicha tendencia continua a la baja, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la inflación interanual en El Salvador en 2025 será de 0.40%, mientras que en 2026 dicha cifra será de tan solo un 1%. El Salvador mantiene una inflación más baja que Guatemala y Honduras porque, al estar dolarizado, evita fluctuaciones cambiarias que encarecen las importaciones en economías con moneda propia. Además, usar el dólar le da más estabilidad de precios, ya que el país adopta una moneda fuerte y no depende de Políticas Monetarias internas que puedan generar presiones inflacionarias.









