El embargo petrolero que cambió el mundo
La crisis energética de 1973 se desató cuando varios miembros de países árabes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) implementaron un embargo de exportación de crudo hacia Estados Unidos.
De $2.90 a $11.65: el shock de precios
En menos de un año, el precio por barril pasó de aproximadamente $2.90 a $11.65, lo que provocó un encarecimiento sustancial en el costo de la gasolina y generó escasez en las estaciones de servicio.
Colas interminables y racionamiento
Ante esta situación excepcional, el Gobierno estadounidense instituyó medidas de racionamiento y órdenes de compra limitadas que impactaron directamente en la movilidad de los ciudadanos. Los conductores se vieron obligados a hacer largas filas para almacenar combustible en depósitos caseros para evitar quedarse sin suministro.
El nacimiento de la estanflación
Cuando inflación y recesión chocan
La falta de reservas estratégicas para afrontar interrupciones de tal magnitud puso de relieve la vulnerabilidad de la infraestructura energética estadounidense. Tras seis meses de restricciones, en marzo de 1974 se levantó formalmente el embargo, aunque el alza sostenida en los precios del petróleo ya había desencadenado presiones inflacionarias y provocado una caída en la actividad económica (estanflación).
El nuevo poder de la OPEP
Este episodio demostró la influencia geopolítica de la OPEP y marcó un antes y un después en la política energética de Estados Unidos.
Cambios estructurales a largo plazo
Medidas drásticas para tiempos difíciles
Como consecuencia de ese shock petrolero, la economía estadounidense entró en un periodo de estanflación en el que coexistieron la desaceleración del crecimiento y la escalada de los precios. El Gobierno adoptó medidas de eficiencia, como la reducción del límite nacional de velocidad a 55 mph y la extensión del horario de verano, con el objetivo de disminuir el consumo de combustible.
Hacia la independencia energética
A su vez, se aprobaron legislaciones que incentivaron la exploración y la producción de hidrocarburos en territorio estadounidense, así como la creación de reservas estratégicas de crudo. Estas iniciativas contribuyeron a reducir paulatinamente la dependencia de Estados Unidos respecto a las exportaciones de la OPEP y fortalecieron la seguridad energética.
El legado ambiental
Al mismo tiempo, la crisis impulsó el surgimiento de un interés creciente por la conservación de recursos y el desarrollo de políticas medioambientales. Con el transcurso del tiempo, Estados Unidos logró convertirse en el mayor productor de petróleo a nivel mundial, modificando sustancialmente su perfil en el mercado global. La crisis del petróleo en la década de los 70s representó un punto de inflexión que redefinió las estrategias de suministro energético y las prioridades económicas en Estados Unidos.