Según el Banco de Guatemala, al mes de noviembre se registró una entrada de remesas por US$1,930.6 millones, lo que significó un crecimiento de 11.4% respecto a noviembre 2024, el segundo crecimiento interanual más bajo de todo el 2025. Aunque este ritmo de crecimiento contrasta con lo visto en la mayor parte del 2025 (con crecimientos interanuales de hasta 30% en algunos meses del año), el 2025 se encamina a ser un año récord para la entrada de remesas al país, esperando superar los US$25,000 millones al cierre del año y siendo una variable macroeconómica clave para el país.

Fuente: Elaboración propia con cifras del Banco de Guatemala
Con el fuerte incremento en la entrada de remesas al país en 2025, se encaminan a representar más de 20% del Producto Interno Bruto al cierre del año. Es decir, aunque las remesas metodológicamente no se consideran parte del PIB de Guatemala, directa o indirectamente inciden en más de una quinta parte de la economía nacional, especialmente a través del consumo de una gran cantidad de familias a nivel nacional.
A pesar de lo anterior, la fuerte desaceleración en la entrada de remesas en el mes de noviembre (con un panorama similar esperado para el mes de diciembre también) comienza a reflejar algunos retos en el horizonte para 2026. En primer lugar, esperar un crecimiento extraordinario en los flujos de remesas como se vio en 2025 para el año 2026 es muy difícil y, aún sin considerar otros factores, lo más esperable es que comience a regresar a la tendencia anterior a 2025 (en 2024, las remesas crecieron 8.6% respecto al año anterior). Si a eso le sumamos factores como un menor flujo migratorio hacia Estados Unidos desde el inicio de la Administración Trump, un potencial incremento en las deportaciones de personas con status migratorio irregular e incluso el inicio del impuesto al envío de remesas aprobado durante este año por la Casa de Representantes y el Senado en Estados Unidos, todas estas razones generan una expectativa en el que el flujo de remesas se modere significativamente. A pesar de ello, el escenario es de un crecimiento mucho más moderado pero no necesariamente de una caída en el envío de remesas, lo que hace que este flujo de recursos tan importante para la economía siga siendo fuerte y relevante, impulse el consumo y el crecimiento económico, pero comience a darnos la tarea como país de generar las condiciones necesarias para generar mayor dinamismo económico interno y depender menos de estos recursos.









